sábado, 11 de julio de 2009

5 cm por segundo

Quizá el día de hoy no tenga nada de especial. Sin embargo, no siento que sea así. Pudiera ser el hecho de que acabara de ver una
película tan triste, que hoy aquella fecha mágica se repitiera, que la soledad hubiera ablandado mi dura carcasa, que en mi habitación
resonase una dulce melodía... pero hoy me dí cuenta de que si algo falla en mi vida, soy yo. Me hago el duro, me creo invencible,
cuando luego, en soledad, en el descanso de mi habitación, al borde de la cama, derramo lágrimas amargas.

Y es que, toda mi vida se construyó en torno a la mentira, la duda. No sé ni quien soy, ni que debo sentir. Quizá fuera, que me dejara
llevar, por la ira. El odio. La envidia. Los celos. Ahora lo único que sé a ciencia cierta es que la soledad ya pesa demasiado, tanto
que miro mis cuadernos, mis anotaciones, reviso mi móvil y... sólo encuentro mensajes sin destinatario, llantos en soledad, donde
la amargura me consumió, donde de cara a los demás sólo pretendia una pretenciosa aparencia de fortaleza.

Se que es tarde, sé que es demasiado tarde. Porque esta misma noche he comprendido, que nunca más nos volveremos a ver. Porque...
al igual que los pétalos de cerezo caen, nuestros corazones se separan. A 5 centímetros por segundo.

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